En el imaginario popular, el abogado penalista es alguien que conoce códigos y discute leyes. Sin embargo, en la práctica de los tribunales, los casos no se ganan solo con jurisprudencia; se ganan con hechos. Tras 30 años de ejercicio en el periodismo de investigación y la abogacía, he desarrollado un enfoque que fusiona ambas disciplinas. No me limito a leer el expediente que arma la fiscalía; investigo la realidad que hay detrás de él. Esa es la esencia del método que utilizo.
Encontrar la "aguja en el pajar". La fiscalía construye su acusación basándose en una selección de pruebas orientada a demostrar la culpabilidad. Un defensor tradicional suele trabajar reactivamente sobre ese material. Mi enfoque, forjado en décadas de investigación periodística, es proactivo.
Analizo la prueba documental, los registros telefónicos y los testimonios con el ojo clínico de quien busca la inconsistencia, el dato oculto, el patrón que rompe la lógica de la acusación. En el periodismo de investigación, un detalle menor puede voltear una noticia de tapa; en el derecho penal, ese mismo detalle -una fecha errónea, una contradicción en un relato, un documento fuera de contexto- puede ser la llave de una absolución.
El arte de la entrevista y la reconstrucción de los hechos. Saber preguntar es una de las habilidades más difíciles de dominar. Durante mi carrera en los medios, he entrevistado a presidentes, empresarios y figuras clave en momentos de crisis, aprendiendo a detectar cuándo una fuente miente, oculta o manipula.
Aplico esta misma técnica al entrevistar a los testigos de la causa y, fundamentalmente, al preparar a mi propio cliente. No se trata de "armar un guión", sino de reconstruir la verdad histórica de los hechos de manera sólida, anticipando las preguntas hostiles de la contraparte. Una defensa creíble se construye sobre una narrativa coherente, y nadie entiende mejor la construcción de narrativas que un periodista investigador.
La estrategia integral: más allá del tribunal. Finalmente, el método que uso parte de la convicción de que el cliente no es un "expediente", sino una persona cuya vida está siendo escrutada. La estrategia legal debe contemplar el impacto humano y reputacional del proceso. Al combinar el rigor técnico del derecho penal con la visión estratégica de la comunicación, ofrezco una defensa que protege no solo su libertad, sino su integridad ante la sociedad.
No enfrente una acusación penal con una defensa estándar. Su caso merece ser investigado con profundidad, defendido con estrategia y comunicado con inteligencia.
Su caso requiere más que leyes; requiere investigación.
Si busca un defensor que vaya más allá de lo evidente y luche por su verdad, lo invito a conocer nuestro enfoque de trabajo.
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