Cómo era la maniobra de 4 pasos para lavar dinero en los hoteles de la familia Kirchner

Qué dice la investigación de la Justicia sobre la operación utilizada para blanquear dinero de la corrupción en la obra pública


En las causas Hotesur y Los Sauces la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos Máximo y Florencia están acusados de lavado de activos. Una vez terminada la investigación, la Cámara Federal de Casación Penal decidió que los procesos se unifiquen en un sólo juicio. Sin embargo, antes de llegar al debate el Tribunal Oral Federal Nro. 5 sobreseyó a Cristina Kirchner y a sus hijos antes de que se llegue a realizar el juicio, un hecho inédito en la Justicia. Esa decisión fue apelada por el fiscal Diego Velasco y la Cámara de Casación convocó a las partes a una audiencia para el próximo 10 de noviembre para definir si se hace el juicio o si confirma el sobreseimiento.
En estos procesos la vicepresidenta y sus hijos Máximo y Florencia están acusados de lavar dinero proveniente de las obras públicas que le dieron a Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz. Estos hechos están siendo juzgados en este momento y antes de fin de año habrá un veredicto. Este último juicio es relevante para Hotesur-Los Sauces. Si se confirma que hubo corrupción, ese dinero mal habido por Lázaro Báez habría vuelto como retorno a la familia Kirchner y se lavó a través de sus hoteles.
En esta maniobra intervinieron las firmas Hotesur, Valle Mitre e Idea. La primera es propietaria y las otras dos son administradoras de tres hoteles de la familia Kirchner: Alto Calafate, Las Dunas y La Aldea del Chaltén. El primero es propiedad de Hotesur, el segundo es de Máximo y Florencia Kirchner y el tercero pertenece a Los Sauces.
Según la investigación de los fiscales Ignacio Mahiques y Gerardo Pollicita estos establecimientos formaron parte de un engranaje montado para lavar dinero de la corrupción en una operación que constaba de cuatro pasos.

1.

La primera etapa del mecanismo fue la adquisición de tres hoteles por parte de la familia Kirchner para luego entregarlos para que los administre y explote la empresa Valle Mitre, propiedad de Lázaro Báez. A través de esta actividad buscaban canalizar de manera regular y permanente los fondos que habían logrado sustraer junto a Báez por medio de la obra pública vial en Santa Cruz. Pero los Kirchner necesitaban justificar el dinero con el que iban a comprar los hoteles.

Para esto Néstor y Cristina recurrieron al Grupo Báez, al Grupo Eskenazi -mediante el Banco de Santa Cruz- y a la venta de tierras fiscales a más de 40 veces su valor original. Además le vendieron a Báez varios inmuebles.

Con esas operaciones justificaron los 15 millones de pesos para comprar los hoteles. Uno de los mayores “aportantes” fue Lázaro Báez por medio de Austral Construcciones que le dio a los Kirchner un préstamo por más de 8 millones 300 mil pesos.



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